La previa
Tres años y medio después de mi primera carrera de
trail me he enfrentado a mi debut en Ultras. En este tiempo he corrido más de 30 carreras por montaña, de diversa distancia y muy distintos terrenos, y tras
pensarlo muy bien tomé la iniciativa de afrontar el Reto, la elegida era ULTRA DE GREDOS, entre los motivos era la dificultad técnica, lo atractivo de la zona y su distancia .
Con esa base base deportiva, me planto 12 semanas antes de la
carrera, con algunas molestias que me persiguen desde el mes de mayo en el
aductor derecho, incluso las dos semanas iniciales solo me puedo limitar a
hacer CACO, pero poco a poco me voy liberando de esas molestias y consigo ir
cumpliendo con lo planificado, al final son más de 43.000 metros los ascendidos en 1.100
k. empleando más 130 horas de entrenamiento para ello, la semana de antes las
sensaciones son inmejorables, siento fluidez y percibo haber llegado en
un buen momento, sin molestias serias y con fuerza.
Los nervios van apareciendo y con el gusanillo metido en el cuerpo me presento con mi familia en
Candeleda a pies de Gredos, un pueblo de Ávila en la vertiente sur junto al rio
Tietar, era el día antes de la carrera y nos encontramos con una magnífica
temperatura para las fechas que son, por encima de los 25º, incluso después del
almuerzo nos dirigimos a las piscinas
naturales del pueblo situadas en la garganta de Candeleda para refrescarnos y disfrutar del paisaje.
La tarde previa a la carrera avanza dedicándonos a recoger la bolsa del corredor y los dorsales con mi compañero de club, poco después nos dispusimos a
ir a la charla técnica donde me encuentro a Toni y su compañero, conocidos de la
subbética. El pueblo poco a poco va cogiendo ambiente de carrera y la plaza
donde se tomará la salida es un hervidero de ir y de venir de corredores, la tensión crece.
Inicio de carrera
A las 3:45 suena el despertador y con todo preparado
me dirijo con un caminar lento a la salida que está a escasos 3 minutos del
Hotel donde estaba hospedado. El silencio en la salida era conmovedor, nada que
ver con las salidas que he vivido hasta ahora, casi nadie hablaba y el que lo
hacía era de forma tímida, caras muy serias, ni si quiera se percibía los más
mínimos movimientos de calentamiento .... ”Como si nuestro cuerpo percibiese lo
que nos esperaba”……se pasa rápido esa espera, y sin darme cuenta estamos en
marcha, salimos por las escasas calles de pueblo dirección a la pista.
El camino coge rápido desnivel y decido colocarme en
un grupete de cabeza con 6 o 7
corredores, el ritmo es cómodo con buenas sensaciones, me voy dando
cuenta que todo va bien de inicio, quedaba un mundo pero no iba a ser cobarde no es mi forma de correr, pienso que ya tendré tiempo de echar el ancla. A
los pocos kilómetros abandonamos la pista forestal para coger un sendero
relativamente limpio con alguna piedra pero estaba muy pisado resultando fácil
mantener un ritmo vivo incluso siendo de noche. Vamos avanzando por la parte alta del río que se escucha en la noche hasta que llegamos al puente
romano que nos permite acceder a Puerto Candeleda para posteriormente llegar al primer avituallamiento en la Albarea.
En ese punto vamos 4
corredores y surge el primer problema en carrera, han desaparecido las balizas
y debemos seguir con la navegación del GPS. Menos mal que tenía el track
cargado sino habría sido imposible seguir adelante, me tranquilizo y vamos subiendo por una empinadísima pista. Prácticamente nos encajamos hasta el siguiente
avituallamiento sin ninguna baliza, todas robadas, son casi 7 kilómetros con la
noche totalmente cerrada y 1.200 metros positivos, pero vamos avanzando sin
demasiados problemas tan solo un par de despistes subsanados rápido, Sigo en 2ª
posición muy cerca de Garai que lidera la cabeza, y ya no consigo ver ninguna
luz por detrás.
Ya en el avituallamiento de Puerto de Candeleda me
detengo solo a rellenar los botes, llevaba en las piernas 1.750 metros
positivos en los primeros 15 kilómetros, reanudo la marcha rápido para acelerar
algo el ritmo, las sensaciones son aún mejor que antes, iba impecable y ya con
algo más de dos horas de carrera, aunque el viento va creciendo y me encuentro
la primera pedrera justo antes de coronar el Morezón a 2,389 metros de altura
esperando varios voluntarios en la cima y animando.
Según lo estudiado tenía que afrontar un descenso
cómodo, pero nada de eso, es todo lo contrario, ... la primera bajada de la carrera
dirección al Circo de Gredos me hace darme cuenta que aquello iba en serio, el
primer tramo transcurre sin sendero apreciable, te vas descolgando de piedra en
piedra hasta alcanzar una vereda sobre roca muy desfragmentada de muchos tamaños,
y aún con la noche cerrada se me hace imposible disfrutar del paisaje, los
traspiés son continuos y avanzo con muchos gasto hasta llegar al tercer avituallamiento de la
carrera, el Refugio Elola,
Refugio Elola
Nos reciben un nutrido grupo de voluntarios a pie de la Laguna Grande y
el día empieza a clarear. Dos amables muchachas me rellenan los botes y tras
comer algo de chocolate y fruta emprendo el ascenso a la segunda subida de la
carrera. Saliendo del Refugio, aún comiendo me encuentro a
Garai que lideraba la carrera con dudas por donde seguir, nos reorientamos y nos ponemos los dos
a subir por una pared corta pero durísima, prácticamente escalando en algunos
tramos hasta llegar a la cima y encontrarnos de bruces con el Gargantón.
Gargantón ¡¡¡ menuda bajada, puff….el descuelgue por
piedras se sucede durante un par de kilómetros, no sin antes superar un tramo
con cuerdas y zonas encharcadas. Pierdo algo de
tiempo pero sin importancia. Arrancamos nuevamente juntos la ascensión a Cabeza Nevada, la
cima de la carrera a 2.427 metros de altura por una pared de roca tremenda, el
ritmo es constante el que ponemos, incluso decido ir comiendo y bebiendo bien, llevamos a esa altura de carrera más de tres mil positivo en tan solo 30 kilómetros y por delante quedaba mucho aún. Para mi sorpresa cuando llegamos arriba los voluntarios nos
advierten que vamos en tiempo de récord de la prueba.
En la Bajada de Cabeza Nevada me enfrento a mi
primer momento de debilidad, no solo pierdo de vista a Garai, sino
que sufro mucho, el canchal de piedra es insufrible, bajamos casi 900 metros
negativos por rocas de salto en salto, y para colmo cuando vislumbro algo de llaneo es un
cervunal o una pradera llena de agujeros
que no se ven y están encharcados, mi temor de caerme o lesionarme es mayor que las
ganas de imprimir un ritmo fuerte, se me va haciendo largo el tramo y de regalo
antes de llegar al puente de Roncesvalles un descenso muy corto pero
peligrosísimo me remata…
Por fin llego al puente y me da caza el tercer clasificado, es
uno de los dos puntos de inflexión del Ultra, desde ahí hasta la cima de la
Mira quedaban 14 k. al 8,5% de media de pendiente subiendo con una parada en
Plataforma de gredos. Ese tramo lo tenía
en mente como clave para apretar, pero la primera parte de la subida era un
sendero muy sucio de vegetación y quebrado, infinidad de piedras
fracturadas, es el típico tramo que correr es casi imposible pero ir andando
también transmite la sensación de ir lento, por lo que lo voy alternando con un
CACO ágil. En los tramos que apretaba mi eventual compañero
flojeaba aunque no decido marcharme en la subida porque quedaba mucho.
Tras 7 k. de una subida
pesada nos plantamos en el ecuador de la carrera con un tiempo de 6:30 a
escasos 7 minutos de la cabeza de la misma y ya me encuentro nuevamente con
mejores sensaciones, la parada es rápida y seguimos subiendo, esta vez la
salida de Plataforma de Gredos es por una calzada de piedra ancha con abundante
público hasta alcanzar un sendero que nos llevará a la Mira, en un par de kilómetros conectamos con el recorrido de la carrera del
Medio-Ultra.
Esto te da un plus de motivación, vas adelantando
corredores por un cresteo de algo más de 3 k.
muy incómodo, me recuerda al que tenemos en los Riscos en Córdoba pero
muchísimo más largo, hasta llegar al cono del Pico
de la Mira a 2.343 m. es el pico que jalona los Galayos, allí corono con mi compañero de
carrera pero en la cima cambia el ritmo de forma brusca y se tira para abajo
como un tiro, yo decido hacer la bajada a mi ritmo, no quiero arriesgar, en mi
mente solo estaba “no me la juego ahora”….. pero de repente me encuentro una
cornisa en lo alto del precipicio que te lleva el Refugio Victory, ……entre lo realmente difícil que se hace bajar por allí y la cantidad de corredores de la corta que no
avanzaban se me va bloqueando la mente, es con diferencia el peor momento de
carrera.
Los
Galayos
El bloqueo no solo por perder la segunda posición sino que no
tenía forma de avanza por aquel “estripabichos”. A duras penas alcanzo el Refugio y tras un amable voluntario que me
ofrece un acuarius que por cierto me entra como si fuese la mejor cerveza del
mundo en agosto, continuo la bajada por el “zis-zas” de roca por un terrible
acantilado hasta llegar al arroyo, el camino empieza a coger forma y permite
abrir la zancada algo, me voy recomponiendo y conforme voy adelantando corredores
de la corta mi sensación mejora hasta llegar a plataforma de Nogal del
Barranco.
Nogal del Barranco es el avituallamiento situado en
el k. 55, aún quedaban 27 kilómetros, por lo que me lo tomo algo más tranquilo,
me informan que cabeza de carrera va ya a 15 minutos y el segundo me saca 10,
me doy cuenta que he penalizado mucho tiempo en la bajada, pero realmente voy
ya animado, un tercer puesto es un gran botín y decido comer muy bien, ahora
tocaba defenderse y no petar.
Reanudo la marcha por una carretera de montaña hasta
llegar a un desvío penetrando en un sendero con una pendiente
brutal, el sendero estaba lleno de zarzas y vegetación espesa, era realmente
molesto avanzar por allí pero voy disfrutando....... hasta coronar en una pista forestal muy amplia
donde me pongo a correr a un ritmo constante, mentalmente iba fuerte y con
ganas.
Arbillas
y los Rasillos, fin de carrera
Tras unos kilómetros por la pista nos meten por un
par de cortafuegos para perder altura dirección al avituallamiento de Arbillas, en
eso zona me aparece unas molestias en el empeine que se acrecientan en las
bajadas. Volvemos a retomar otra pista de asfalto hasta llegar al
avituallamiento, el resultado de esos 10 últimos kilómetros no era malo y soy
consciente que a ese ritmo es difícil que me alcance nadie por atrás, decido seguir bebiendo muy bien porque ya caía más de 30º a las dos de la tarde, comer ya me
cuesta un mundo, era el k. 65 y voy notando mella en mis fuerzas, me tomo
entonces un respiro para comer y hago un km de subida andando mientras tomo
una barrita, para volver a iniciar mi marcha corriendo a ritmo muy vivo
dirección a Rasillo.
Me quedaban todavía 10 k. de subida hasta allí por pista y
600+, y en ese tramo voy alcanzando a muchos corredores de la corta ya con cansancio
acumulado y de repente entre ellos aparece el 2º clasificado de la prueba con
un correr muy lento, por lo que decido cambiar de ritmo a apretar, quedaba más
de 30 min, hasta el siguiente avituallamiento pero lo realizo a tope, a lo que
doy para abrir el máximo hueco posible con él, y ya me empiezo a creer en mis
posibilidades de pódium.
Mentalmente y de fuerza iba muy fuerte, notaba que estaba con el depósito de energía lo suficientemente lleno como para llegar hasta meta a tope, era consciente que petar sería
casi imposible por lo que alcanzo el último avituallamiento en el Rasillo para
beber bien, tomar fruta, con la sorpresa que me advierte que cabeza de carrera
va cerca, a escasos 5 o 6 minutos, aún quedaban 8 km hasta meta por lo que me
la juego y desde ahí pongo un ritmo por debajo de 5, era 2 km de subida y una bajada por
una pista hasta el pueblo corriendo todo lo que puedo y más .....pero siendo sincero me
mente estaba puesta más en que no me pillasen por atrás que alcanzar a Garai.
Finalmente entro por las calles de Candeleda y por
primera vez en una carrera me emociono realmente, había intentado contactar con
mi mujer pero el teléfono no funcionaba y no sabía si me esperaba en meta,
hasta que entro en la plaza del pueblo.....y mi niña corre en mi dirección, la cojo
y atravesamos la línea de meta, tras 11 horas y 8 minutos después de haber salido
estaba con ellas dos y con un segundo puesto en la saca, que jamás habría soñado y ni
muchos menos planificado, y con el regalo de haber rebajado el récord de la prueba de años anteriores y a escasos 3 minutos del vencedor.
Solo me queda dar las Gracias a los Voluntarios, a una gran organización, a mi princesa y a mi mujer que sin ellas sería imposible, a toda mi familia, sin olvidar a Manu Hurtado, los "jamountain's" y mi club Corduba Trail.